El lugar es muy bonito y tranquilo. Cuando me hospedé solo habían un par de huéspedes más, por lo que el lugar resultó ser muy tranquilo para descansar y leer por las tardes. Tienen un huerto muy hermoso y variado, y las frutas que se obtienen de allí las utilizan para preparar el desayuno (S/15.00) súper natural y rico. Incluye pan con mermelada natural, panqueque enorme de plátano, jugo de naranja natural, frutas y una tetera con infusión o café.Lo que más destaco del lugar es la atención de don Paulino, que es un excelente anfitrión, muy alegre y dispuesto a ayudar en lo que pueda a sus huéspedes. A mi me recomendó hacer un paseo en bicicleta y me llevó a que consiga una.La decoración de los ciertos y el lugar es muy rústica y hogareña, fuera de lo común de los típicos hoteles u hospedajes.Ahora, lo único malo de hospedarse por esos lares son los insectos nocturnos, que se meten en los cuartos para andar zumbando en los focos de luz. Hacen un ruido molesto (como si fueran avispas) pero lo bueno es que son inofensivos; así que mi recomendación es dejar la ventana cerrada para que no entren).

Muy buena atención gracias sr Paulino por la estadía, y las habitaciones son muy comodas

Un alojamiento limpio y modesto

Ecológico

Llegamos a Urubamba la tarde, al final de un tour extremadamente interesante pero agotador a Moray, Chinchero y salinas de Maras, partiendo de Cusco. Estábamos cansados ​​y con los síntomas ampliamente descritos de la soroche, el mal de las alturas. El ecolodge Los Perales, con su jardín simpático lleno de frutas y pájaros y sus habitaciones sencillas, pero limpias y confortables nos pareció la visión del paraíso en la tierra. ¡En fin habíamos recuperado la capacidad de respirar! Urubamba es más bajo que Cusco, más verde y más tranquilo. Nos quedamos allí por dos noches. Arrepentíos de no haber tomado antes la decisión de partir hacia el valle sagrado. El clima es maravilloso, es tranquilo y verde. Adoramos las comidas (desayuno y cena) que nos fueron preparadas por el Sr. Paulino y sufamilia con mucho cuidado, atención y con buenos productos - productos frescos, locales, orgánicos, algunos producidos en la propiedad. Las camas son cómodas, los baños son funcionales. El jardín es agradable, el lugar es tranquilo y reposante. Nada de lujo, pero limpieza y confort. Nos sentimos en casa. El Sr. Paulino fue muy amable con nosotros. Recomendamos fuertemente el lugar

No esperaba mucho en Urubamba. Llegué aquí, anduve buscando un hostal barato y encontré residencias de la ciudad sin cocina ni desayuno para el S50. Decidimos venir aquí, que estaba en Lonely Planet como un poco fuera del centro de la ciudad. Si te gusta la paz, la tranquilidad y la belleza, este lugar es perfecto. El personal es súper dulce y una habitación luminosa con vistas, baño privado y una cama grande y cómoda es solo S45. Los jardines son exuberantes y encantadores e incluso hay una mesa de ping pong. Aparentemente, también sirven el desayuno, aunque todavía no he pasado la noche, así que no puedo calificarlo. Supongo que será genial, ya que parece que realmente se cuidan aquí. Altamente recomendado.

La renovación que estaban haciendo y el jardín que daba

Nos alojamos allí 2 noches. El propietario es muy amable y eficiente. Las habitaciones son cómodas y limpias, en un bonito jardín.Posibilidad de usar una cocina en el jardín para aquellos que quieren quedarse más tiempo.Posibilidad de comidas, cocinadas con cuidado por los propietarios, lo cual es muy conveniente para la cena. Las verduras y frutas son orgánicas, procedentes de sus huertas. Muy buenas truchas también.La ubicación es en una calle muy tranquila, a pocos minutos de la Plaza de Armas y de la estación de autobuses.En los alrededores hay buenos trucos para hacer en las montañas.un lugar muy agradable para estar en urubamba

¡¡¡Fantástico!!!